"La representación del Islam en la Inglaterra pre-moderna: Musulmanes, conversos y renegados en los textos ingleses pre-modernos."

P.I. UJA_2007_Acción 16
Ref.: 2008/00058/001

Project Coordinator

Jesús López-Peláez Casellas

Researchers

Yolanda Caballero Aceituno
Eroulla Demetriou
John Drakakis
Luciano García García
Mª Paz López-Peláez Casellas
Andrew Monnickendam (Universidad Autónoma de Barcelona)
Jesús M. Nieto García
José Ruiz Mas
Jüri Talvet

En dos obras seminales sobre las relaciones existentes entre Inglaterra y el Islam en el periodo pre-moderno (1485-1660), Islam in Britain (1998), y Turks, Moors, and Englishmen in the Age of Discovery (1999), el historiador de origen palestino Nabil Matar argumenta que durante este periodo las relaciones entre ambas culturas son de igualdad e interés mutuo, pues el Islam (ejemplificado fundamentalmente por el Reino de Marruecos y el Imperio Otomano) es durante estos casi doscientos años una potencia económica, cultural y militar de primer orden (1998: 1-20; 1999: 3-12). No caben, pues, (continúa Matar) aproximaciones derivadas de las teorías orientalistas del crítico también palestino Edward Said, que en su texto clásico sobre la apropiación europea del 'oriente' a partir del siglo XIX (Orientalism. Western Conceptions of the Orient [1978]) mantiene que "the Orient was almost an European invention" (1). Efectivamente, la naturaleza de las relaciones que Inglaterra mantiene con el Islam (dos 'semiosferas', en la teorización del semiótico cultural Juri Lotman [1996: 22-42]) no es ni puede ser de tipo colonial, ni pre-colonial, como sí lo serán las establecidas entre América y Europa (Portugal y España en el XV y XVI; Inglaterra a partir del XVII), fundamentalmente porque para el Islam la inglesa era una sociedad marginal, inferior y poco desarrollada con una religión manifiestamente falsa (Matar, 1998: 2-5).

 

Sin embargo, y lamentablemente, Matar (que ha extendido recientemente sus investigaciones con otro texto magistral, Britain and Barbary: 1589-1689 [2005]), no llega a clarificar la contradicción implícita en la que incurre al negar la existencia de una construcción pre-colonial inglesa del Islam ('orientalista' en el sentido que le diera Said) pero sí admitir que los textos literarios (y en menor medida los no-literarios) ingleses de la época sí que (re)produjeron una serie de imágenes y construcciones simbólicas del Islam y los musulmanes que estaban manifiestamente alejados de la realidad conocida tanto por los mismos autores como por el público receptor, y que pretendían transmitir una visión de la cultura y religión musulmana y de los propios musulmanes no ya notoriamente falsa sino directamente denigrante. En este sentido, ha resultado clave la aportación de Mathew Dimmock, de la University of Sussex, que ha señalado esta contradicción en su libro New Turkes:Dramatizing Islam and the Ottomans in Early Modern England (2005), sugiriendo que si bien la supremacía musulmana pre-moderna en varios ámbitos era manifiesta e impedía (como afirma Matar) procesos orientalistas del mismo tipo pre-colonial de los que la propia Inglaterra (junto con Francia y Alemania, y más tarde los Estados Unidos) emprendería en el mundo árabe a lo largo de los siglos XIX, XX, y XXI, la construcción retórica (ie, textual) del Islam sí supuso una consciente deformación ideologizada del mismo, emprendida tanto a través de textos 'literarios' como de textos 'reales.

 

Entre los primeros debemos mencionar obras de teatro fundamentalmente. Así, un mero recuento inicial de obras teatrales premodernas que tratan el tema musulmán -turco o norteafricano- incluiría, entre otras: Tamburlaine, partes I y II (1587 y 1588), de Christopher Marlowe; The Battle of Alcazar (1588) y Soliman and Perseda (1590) de George Peele; Alphonsus, King of Aragon (1588), Orlando Furioso (1589/1594?) y Selimus, Emperor of the Turks (1594) de Robert Greene; Lust's Dominion (1600), de Thomas Dekker; The Fair Maid of the West, partes I y II (1603 y 1630) (y de manera menos central If You Know not Me You Know Nobody, parte II) de Thomas Heywood; Othello (1604) (y en menor medida The Merchant of Venice y Titus Andronicus) de William Shakespeare; A Christian Turned Turk (1612), de Robert Daborne; de Thomas Goffe, The Raging Turk (1618); de John Fletcher y Philip Massinger, The Knight of Malta (1618); The Courageous Turk (1618) y The Raging Turk (1618) de Thomas Goffe; de Beaumont y Fletcher, The Island Princess (1621); de Thomas Middleton y William Rowley, All's Lost by Lust (1620); o The Renegado (1623), de Philip Massinger. Si bien la mayoría de estas obras son de tema otomano, algunos autores (como, notablemente Heywood, Dekker y Rowley) demuestran un especial interés por el Islam norteafricano (significativamente All's Lost by Lust y Lust's Dominion contextualizan el asunto del Islam en la península ibérica de 711 y 1492). Un rastreo de manuscritos inéditos (y algunas obras editadas pero olvidadas) sugiere que existen otros textos que abordan este asunto desde diversos posicionamientos.

 

Si bien es cierto que ha existido un relativo interés por estas obras analizadas desde esta perspectiva en las últimas décadas, los análisis más productivos han tenido lugar en los últimos quince años. A los ya mencionados Nabil Matar y Mathew Dimmock (si bien el primero con un limitado tratamiento del teatro), hay que añadir sobre todo el ingente trabajo de Daniel Vitkus, así como las aportaciones de Barbara Fuchs (al igual que Viktus, especialmente centrada en la piratería), David Blanks, Alden T. y Virginia M. Vaughan (que lo relacionan con la aparición del capitalismo), Linda McJannet, Elliot Tokson, J.G. MacDonald, Ian Smith, Michael Nelly y Margo Hendricks junto a Patricia Parker. Especialmente interesante es el reciente trabajo de Jonathan Burton, Traffic and Turning: Islam and English Drama, 1579-1624 (2005), que analiza el teatro inglés premoderno sobre el Islam en el contexto de relaciones comerciales ("nascent capitalism") y religiosas. Antes de ellos, el trabajo de Eldred Jones (Othello's Countrymen, de 1965, que partiendo de la obra shakesperiana analiza diversos textos relacionados con el Islam); de Donald Barthelemy (Black Face, Maligned Race, centrado de forma general en la representación de los africanos negros, de 1987); y de Jack D'Amico (The Moor in English Renaissance Drama, de 1991, que realiza un exhaustivo estudio de obras que versan sobre 'Moors' y 'Turkes') sentaron entre 1960 y 1990 las bases de un estudio meticuloso que permitió elaborar -entre otras cosas- las primeras listas detalladas de obras relacionadas con el Islam y África, y que dieron visibilidad a estudios que ponían el concepto 'raza', junto con la religión, como un elemento de primer orden en el estudio del teatro de la época. Previamente, sólo el trabajo (seminal y ya clásico) de los pioneros Samuel Chew (The Crescent and the Rose: Islam and England during the Renaissance de 1937) y Louis Wann ("The Oriental in Elizabethan Drama", de 1915) en la primera mitad del siglo veinte supuso un acercamiento serio a esta cuestión: si bien adolecían de las herramientas críticas y de las teorizaciones que nos han proporcionado la crítica postcolonial y la semiótica en los últimos años, por otro lado desplegaban una erudición muy difícil de encontrar en la actualidad.

 

Un campo de estudio que indudablemente aporta hallazgos de interés en este ámbito es el de los llamados image studies, que pretenden desentrañar precisamente aquello que más nos interesa aquí: la medida en la que la percepción de terceros (la que ellos hacen de nosotros, y nosotros de ellos) influye en este proceso de construcción de identidad. El trabajo pionero de M.A. Breslow A Mirror of England: English Puritan Views of Foreign Nations, 1618-1640, de 1970, y sobre todo el monumental  y más reciente Images of Englishmen and Foreigners in the Drama of Shakespeare and His Contemporaries (1992), de Ton Hoenselaars, han sentado las bases de unos estudios que inciden directamente en las consecuencias que la presencia del Islam en las producciones dramáticas de la Inglaterra de los siglos XV a XVII pudo tener en la construcción de una identidad inglesa premoderna.  Junto a ellos, el trabajo histórico y filológico de Gustav Ungerer y Richard Marienstrass ha permitido determinar con mayor precisión el alcance jurídico y filosófico de la presencia de musulmanes y africanos en este periodo de la historia inglesa, desarrollando asuntos tales como la esclavitud en la Inglaterra premoderna (Ungerer), que ha sido un tema casi tabú para la crítica anglosajona, o el estatus legal de los extranjeros, los enemigos y los aliados en la obra del eminente consejero y jurista isabelino Edward Coke (Marienstrass).

 

Junto con el teatro, que constituye de por sí un corpus de enormes dimensiones, otros documentos han sido estudiados con éxito dispar, y no siempre con la idea de estudiar la presencia del Islam en Inglaterra, si bien con cierta frecuencia este asunto ha surgido, con obstinación, en contextos políticos, económicos, religiosos o jurídicos. Así, los State Papers (documentos oficiales de las autoridades políticas: Reina, Privy Council) de los siglos XVI y XVII, aunque en manuscrito/microficha muchos de ellos, contienen información abundante sobre regulaciones, creencias, acuerdos y decisiones oficiales que contribuyen a determinar el estatus y presencia del Islam en Inglaterra (estatus de los africanos y venta de esclavos, edicto de expulsión etc...). Como herramienta de estudios de estos textos resulta especialmente reseñable el 'University of Hull State Papers Project', dirigido por la profesora Helen Good, y que transcribe documentos gubernamentales del periodo isabelino conservados en el Reino Unido en 'The National Archives'. Asimismo, los 'Art and Humanities Data Services' (AHDS) proporcionan, junto con el 'Arts and Humanities Research Council' documentación oficial gubernamental del periodo premoderno.

 

Otro corpus que presenta indudable interés para este campo de estudio es el correspondiente a los emblemas. Aunque afortunadamente ya no resulta necesario justificar la presencia de la emblemática en un estudio centrado en el estudio de textos premodernos, se debe resaltar la importancia que tiene el estudio de los emblemas y la marcada presencia de éstos que se advierte en tratados escritos en estos siglos. La emblemática, lejos de ser un elemento secundario, se erige como un factor de primer orden para analizar la sociedad y cultura europeas -y ciertamente inglesa- renacentista y barroca. Como ha sido repetidamente resaltado por los investigadores (véase en este sentido la obra de M. Bath Speaking Pictures. English Emblem Books and Renaissance Culture [1994]) los tratados de emblemas se muestran como un exponente de primer orden de la moral e ideología del momento, cuestión ésta que fue magistralmente expuesta (trascendiendo el caso español) por José Antonio Maravall en sus Estudios de Historia del Pensamiento Español. No obstante, resulta significativo que prácticamente no existan estudios relacionados con la presencia del Islam en los emblemas ingleses premodernos y las distintas estrategias (ideológicas, discursivas) que desarrollan los procesos de conformación simbólica de diversas identidades: europea, inglesa, cristiana, protestante, blanca etc... Sí se han analizado hasta la fecha diversos córpora de emblemas que no sólo recopilan sino que analizan y contextualizan emblemas ingleses del periodo premoderno, aunque ciertamente se precisa no sólo revisar estos emblemas en relación con la presencia, funciones y representación simbólica del Islam en Inglaterra y su papel en la conformación de la identidad inglesa premoderna sino traer a la luz otros libros de emblemas que según diversas fuentes son prácticamente desconocidos. Obras relevantes en este sentido son: Deviceful Settings: The English Renaissance Emblem and its Contexts, de M. Bath y D. Russell (1999); The English Emblem and the Continental Tradition, de M. Daly (1988); Anglo-Dutch Relations in the Field of the Emblem, editado por B. Westerweel (1997); o el ya clásico English Emblem Books, de R. Freeman (1966).

 

Los no muy numerosos libros de emblemas que fueron escritos en Inglaterra principalmente durante los siglos XVI y XVII alcanzaron una enorme popularidad. Thomas Palmer (1540-1626), poeta y orador, fue quien introdujo el género de la emblemática en Inglaterra con su obra Two Hundred Poosees (1565). Geffrey Whitney escribió A Choice of Emblemes, and other devises, for the moste parte gathered out of sundrie writers, Englished and Moralized (1586), obra que alcanzaría una gran popularidad (y que como la de Palmer estaba dedicada al Conde de Leicester, Robert Dudley). De gran importancia resultan ser los libros de emblemas de Henry Peacham, siendo el más conocido el Basilikon Doron (1612), basado en la obra homónima de Jacobo I y que contiene  numerosas referencias políticas, entre las que abundan reflexiones sobre la naturaleza de 'lo inglés' frente a otras identidades rivales: la irlandesa, la no cristiana etc... El otro gran tratado de emblemas de Peacham, Minerva Britanna or a Garden of heroical devises furnished, and adorned with Emblemes and Impresas of sundry natures, Newly devised, moralized, and published (1612), es, a juicio de los especialistas, el más importante libro de emblemas compuesto en Inglaterra. Dedicado al príncipe Henry, contiene igualmente interesantes referencias a la situación política y social. Además, también exploraremos obras de Sir Henry Goodyere (The mirrour of maiestie, or, The badges of honor conceitedly emblazoned, 1618); Francis Quarles (Emblems, divine and moral, together with Hieroglyphicks of the life of man, 1634); George Wither (A collection of Emblemes, Ancient and Moderne, Quickened with metricall illustrations, both Morall and divine: And Disposed into lotteries, that instruction, and good counsell, may bee furthered by an honest and pleasant recreation, 1634); H. A. (Henry Hawkins?) (Partheneia Sacra or the Mysterious and Delicious Garden of the Sacred Parthenes, 1633) y Andrew Willet (Sacrorum Emblematum. Centuria Una, 1592). Conviene hacer notar que sólo con este corpus inicial estamos hablando de cientos de emblemas, a los que habría que añadir los que la propia investigación vaya sumando.

 

Las relaciones, pacíficas y de confrontación, entre Inglaterra y el Islam aparecen desarrolladas en gran medida en aquellos textos conocidos como captivity narratives o 'narraciones de cautivos', que proporcionan abundante material relacionado con las distintas posibilidades de percepción del Otro, al tratarse de casos de aculturación, alienación social, conversión religiosa etc... en situaciones reales (si bien siempre ficcionalizadas) que provocaron enorme conmoción social en la época, hasta el punto de inspirar obras de teatro, poemas etc Tomando como importante punto de partida los True Travels del Capitán John Smith, de 1630, que narran su experiencia como cautivo entre los turcos, avanzaremos explorando las diferentes dimensiones y repercusiones de este fenómeno, que tuvo carácter sociológico en la comunidad inglesa de la época. En este sentido, la importante obra de Daniel Vitkus (con prólogo de Nabil Matar) Slavery, and Redemption: Barbary Captivity Narratives from Early Modern England (2001) y en menor medida su artículo "The Circulation of Bodies: Slavery, Maritime Commerce, and English Captivity Narratives in the Early Modern Period" (2001, que incluye algunos aspectos no presentes en su libro) constituyen una valiosísima aproximación a esta cuestión (muy especialmente su muy útil aportación de mapas y apéndices), si bien no suponen sino un punto de partida desde el que desarrollar procesos más complejos.

 

También la literatura de viajes en un sentido lato -y decimos lato, pues podrían incluirse entre sus desdibujadas fronteras tanto el relato de viaje en sí como las narraciones escritas por residentes, los informes mercantiles, los diplomáticos o las narrativas de cautivos- tienen su parcela de protagonismo y responsabilidad en la captación primero y posterior difusión -inmediata entre el lectorado de la Inglaterra pre-moderna, y de sombra más alargada entre los lectores de siglos posteriores- de una imagen determinada del moro y del turco que se verá plasmada en el resto de géneros literarios durante el periodo que nos ocupa y en periodos históricos posteriores. Prueba del buen hacer propagandístico de los libros de viajes lo demuestra, por ejemplo, el ingente esfuerzo que se vio obligada a realizar durante el siglo XVIII la valiente esposa del embajador inglés en Constantinopla Lady Mary Wortley Montagu en su The Turkish Embassy Letters (1716-18) para despojar al país otomano del demoníaco sambenito que se resistía a desaparecer de la cultura colectiva, literaria y no literaria de la Inglaterra del momento, que persistía en contemplarlo como tierra semi-salvaje. Lady Wortley Montagu trata de desmontar la leyenda negra del supuesto atraso científico de Berbería introduciendo en Europa por vez primera la vacuna contra la viruela, de gran efectividad y de larga tradición en Turquía.

 

En efecto, los peregrinos, mercaderes, diplomáticos, residentes o cautivos de la época pre-moderna que escribieron alguna obra relacionada con sus estancias en Berbería, tienen en común, salvo alguna aislada excepción, la manifestación de cierta sensación de indefensión que sienten como viajeros, pues se encuentran inmersos en una realidad foránea que les abruma y que desconocen. Igualmente presentan contradictorias imágenes del musulmán, a veces favorables, a veces desconfiadas, así como miedo al malentendido, que puede ser fatal cuando se viaja o reside en tierras paganas o en países donde el derecho de gentes se aplica de forma muy imperfecta. No disimulan tampoco su intento de mantenerse distanciados respecto del infiel y de su mundo no cristiano y (percibido como) semi-bárbaro, como si temieran el contagio del paganismo o de los rasgos del "otro".

 

El viaje allende los dominios de la Cristiandad -Berbería- suponía unos riesgos nada desdeñables, sobre todo para los mercaderes: la cautividad y los piratas. Y sin embargo, el afán de abrir nuevas rutas comerciales en tierras exóticas antes que otras potencias (la francesa especialmente), aprovechando la decadencia comercial veneciana y la enemistad declarada de los españoles, aguijoneaba a un sector considerable de marinos y comerciantes ingleses amén de enviados diplomáticos y embajadores de la corte inglesa en busca de privilegios comerciales, o incluso de auxilio militar -con frecuencia prometido, nunca materializado- contra los enemigos de Inglaterra y el Catolicismo a ultranza (España sobre todo). La llegada de los mercaderes ingleses al Porte, la fundación de la "Levant Company" y el establecimiento de un embajador estable en Constantinopla tuvo lugar cerca de 1580. Pero los relatos de viajeros en sus variadas formas y manifestaciones seguían presentando al musulmán como un ser tiránico, arbitrario y sensual.

 

Entre las narraciones de cautivos liberados de la garra del cruel turco destaca, por el revuelo que causó en su día en la Inglaterra del siglo XVI, la influyente obra de John Fox The Worthy Enterprise of John Fox, in Delivering 266 Christians Out of the Captivity of the Turks (1579). Un residente como Sir Paul Rycaut, que pasó seis años en tierras otomanas, publicaba en 1668 un volumen informativo y veraz como pocos, The Present State of the Ottoman Empire, Containing the Maxims of the Turkish politic, The Most Material Points of the Mohammedan Religion, en el que presentaba el mundo musulmán de aquellos lares con la justicia y la ecuanimidad que merece el Islam. Pero no era fácil desprenderse del peso de la información aportada por la tradición anti-musulmana de los viajeros de habla inglesa, que se remonta a la popularísima obra de Sir John Mandeville (Travels, editada por vez primera en 1499 y de amplísima difusión tanto en Inglaterra como en toda Europa), aunque sin duda alguna provista de más ficción que de realidad y veracidad, pero influyente en su tiempo como ella sola.

 

Entre los viajeros ingleses por tierras otomanas y/o norteafricanas, resultan imprescindible el estudio pormenorizado de las siguientes fuentes primarias: los famosísimos tres volúmenes del relato de viajes de Richard Hakluyt Principall Navigations, Voiages, Traffiques and Discoueries of the English Nation made by sea or overland ... at any time within the compasse of these 1500 (1600) yeers, &c. (1598-1600), obra que ha venido gozando de innumerables ediciones hasta los siglos XIX y XX; el crítico relato de John Locke The Voyage of M. Ion Locke to Jerusalem (c.1599) a partir de una peregrinación a Tierra Santa realizada en 1553; el relato del inefable e incombustible andarín escocés William Lithgow, autor de A Most Delectable and Trve Discourse, of an admired and painfull peregrination from Scotland, to the most famous kingdoms of Europe, Asia and Affricke (1614, luego reeditado, o simplificado, o aumentado, o retocado o antologado en posteriores ediciones de 1616, 1623, 1625, 1632, 1640, 1682 y 1692, lo cual demuestra su popularidad en el siglo XVI); así como el de George Sandys, A Relation of a Journey begun An. Dom. 1610. Foure Books. Containing a description of the Turkish Empire, of Aegypt, of the Holy Land, of the remote parts of Italy, and Llands adjoyning (1615, luego reeditado en otras siete ocasiones más entre 1621 y 1673). El interés de los mencionados relatos de viajes resulta incuestionable para entender las relaciones entre Oriente y Occidente sobre todo por el peso específico que gozaron en un mundo occidental crédulo y receptivo a los descubrimientos geográficos. Hay una bibliografía secundaria al respecto de gran valor, y sobre todo reciente y actualizada, para entender la imagen del musulmán (norteafricano o turco) en la literatura de viajeros ingleses. Imprescindibles resultan: Travel Knowledge: European "Discoveries" in the Early Modern Period (2001), de I. Kamps and J. G. Singh (eds); The Rise of Oriental Travel: English Visitors to the Ottoman Empire 1580-1720 (2004), de G. MacLean; y Early Modern Tales of Orient: A Critical Anthology (1999), de K. Parker (ed.), y Literature, Travel, Travel and Colonial Writing in the English Renaissance 1545-1625 (1998), de A. Hadfield.

 

El panfleto y el sermón, de carácter aún más evidentemente propagandístico que la literatura de viajes, presentan una visión globalizada del musulmán como "otro" sin distinguir entre el moro (de Mauritania) y el "Grand Turk". La literatura propagandística extiende hasta la saciedad el estereotipo de "bloody and cruel Turk" y lo utiliza como arma arrojadiza en las diatribas continuas entre ingleses (protestantes) y españoles (católicos). El avance militar y conquistador turco por Europa, sobre todo con Solimán el Magnífico, da pie a que los panfletistas de la época vean en el turco la materialización del castigo divino a los cristianos que se han apartado del verdadero camino. La creencia de que los turcos constituían "a scourge sent and suffered by God, for the sins and iniquities of the Christians" expuesta por George Whetstone en The Englysh Mirror (1586) es el principio de una guerra ideológica y religiosa entre cristianos en la que los panfletistas protestantes culpan a los católicos (en la práctica, a los españoles, principales paladines del catolicismo del momento) del castigo que toda Europa estaba recibiendo, y los panfletistas católicos culpan al protestantismo de lo mismo. En Acts and Monuments (1563) John Foxe, el apologista protestante más importante de Inglaterra y figura prominente de la Reforma inglesa, insistía en que sólo desde la postura protestante se lograría frenar el avance turco. Foxe vuelve a la carga con The Turkes Storye (1571). En él aparece el turco descrito como cruel y sangriento perseguidor de cristianos y anticristo. Los turcos a partir de ahora se convierten en los agentes protagonistas de un Apocalipsis que se veía demasiado cercano, por culpa del apartamiento de los católicos de la vía correcta. La respuesta católica no se hizo esperar. En Calvino-Turcism (1597) William Reynolds culpaba a los protestantes de lo mismo. Poco después vuelve a la carga el bando protestante con De Turcopapismo (1599), de Matthew Sutcliffe, y a continuación una inevitablemente larga lista de ataques y contraataques panfletarios de uno y otro signo (Answers y Defences) durante los lustros siguientes.

 

A ojos de los panfletistas ingleses el empuje militar turco se asemeja al español. Según éstos el moro (=turco) y el español son iguales pues ambos son "corrupt, base and heretic", asegura Thomas Scott en su famoso Vox Populi II (1624). Para el anónimo autor de An Experimental Discovery (1623) el traicionero Felipe II "had a goatish and Moorish inclination". En el también anónimo Newes from Parnassus (1622) se afirma que la agresiva Monarquía española se caracteriza por tener la tez de los moros, su orgullo y su crueldad. Al final se termina concluyendo que la maldad de los españoles (=católicos) se debe a haber mezclado su sangre con la de los moros (y judíos). Scott llega incluso a preferir los mahometanos a los católicos en Digitvs Dei (c.1623). Al menos, dice el panfletista, los musulmanes, siendo enemigos, son al menos honorables en comparación con los católicos. Los primeros son al menos fieles a su fe, pero los católicos son unos traidores a la fe cristiana. Ni que decir tiene, que la inquina hacia el turco, el español y el judío tuvo, como es de todos sabido, amplísima presencia en la literatura dramática y poética de la Inglaterra pre-moderna. Para comprender mejor las tensiones religiosas entre cristianos y mahometanos es conveniente consultar el artículo de Matthew Dimmock "Machomet dyd befote as Luther doth nowe": Islam, the Ottoman and the English Reformation" (2004) y el de S. Schmuck "From Sermón to Play: Literary Representations of 'Turks' in Renaissance England 1550-1625 (2006).

 

En definitiva, la presencia del Islam en la Inglaterra premoderna y los procesos de construcción de identidad a partir de la confrontación entre ambas culturas o semiosferas,  constituye un tema que, si bien está comenzando a ser estudiado fuera de España (no hay casi nada en nuestro país o, en general, fuera del Reino Unido y los EEUU), todavía presenta un amplio campo de trabajo por realizar, especialmente si se presta atención a una variedad de textos: teatro, panfletos, libros de viajes, emblemas, documentos gubernamentales o relatos de cautivos. Ciertamente, las relaciones de Inglaterra con otras comunidades, y muy notablemente con el Islam  parecen haber contribuido de forma decisiva a conformar la aparición de una identidad que, aunque muy precaria en estos siglos, ya constituye el embrión de un determinado proyecto nacional que se consolidará en siglos posteriores. Gracias a la antropología cultural sabemos que se trata de una 'identidad táctica', esto es, aquella que se conforma en gran medida en oposición a otras identidades rivales, entre las cuales la que se define como 'musulmana' resulta especialmente productiva en tanto que es considerada como 'no europea', 'no cristiana' y 'no blanca'; esto es, el 'Otro' por antonomasia. Partimos de planteamientos que sostienen que la literatura no 'reproduce' pasivamente los procesos que la informan, sino que consideramos que los textos influyen directamente en el desarrollo de dichos procesos, bien dándoles forma simbólica, bien modificando su presentación para adecuarse a las expectativas creadas, bien, en definitiva, constituyéndose como agente de transformación (o reacción) ideológica.

 

Al final del proceso, entendemos que aquella construcción del imaginario colectivo que daremos en llamar 'Inglaterra' sólo podrá ser comprendida en su totalidad durante este periodo (y en gran medida después de él) si somos capaces de determinar el grado de confrontación (esto es, las estrategias de rechazo, incorporación y exclusión desarrolladas) establecida con otros colectivos, y más concretamente con el Islam, por su relevancia en el periodo premoderno. En definitiva, sólo comprenderemos el resultado final, la 'Inglaterra' que surge a finales del XVII, si somos capaces de determinar con precisión la participación de todos estos tipos de textos en dichos mecanismos y procesos identitarios; y, a la inversa,  sólo entenderemos los textos (del teatro a los emblemas, y de los libros de viajes a los panfletos), si comprendemos, junto a su función estética, y social, ésta de tipo ideológico.

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