Por lo reflejado en los puntos anteriores, el mantenimiento de las copas, el mantenimiento de reservorios de microfauna auxiliar y la no eliminación completa de plagas, sino su control, se consigue, como objetivo final, un aumento de la biodiversidad, tanto vegetal como animal.
- Aumentamos el número de aves nidificantes, así como la variedad de especies,
- Aumentamos la flora autóctona espontánea
- Al mismo tiempo que libramos de pesticidas la flora alóctona plantada en los jardines,
- por ello se aumenta el número y variedad de especies polinizantes, de especies filófagas y sus depredadores.
En caso de pérdida de control de alguna plaga, esta pérdida se corrige realizando nuevas sueltas de depredadores hasta conseguir un control y un equilibrio natural, en un ecosistema lo más cercano posible al Ecosistema Clímax que se pueda conseguir en un ambiente antropogénico.